FILOSOFÍA GRADO 10°: "PLATÓN Y EL MUNDO DE LAS IDEAS"
Apreciados estudiantes.
Comenzamos con un nuevo tema, no sin antes decirles que el pensamiento de los filósofos griegos es un tema tan amplio que abarcarlo en pocas clases es muy complejo, solo se alcanza a tener algunas ideas sobre los aportes al pensamiento y su influencia para la reflexión actual.
En este tema nuevo nos encontramos con Platón, quien fuera uno de los grandes discípulos de Sócrates y quien lo dio a conocer a través de sus famosos diálogos platónicos. Él profundizó, como su maestro, en los problemas del ser humano y la constitución esencial del mundo.
FASE DE EXPLORACIÓN
- ¿Qué piensa usted acerca de la muerte? Argumente tu respuesta.
- ¿Crees qué el concepto de alma es lo mismo que el concepto de espíritu? Argumente tu respuesta.
- ¿Qué consideras que pasa cuando una persona fallece, desaparecerá por completo o su alma sigue perdurando?
- ¿Qué considera que es más importante dentro del ser humano, el cuerpo o el alma? Explica tu respuesta.
- ¿De dónde provendrá el conocimiento, del cuerpo o del alma? Explica tu respuesta.
- ¿Cuál es el valor que le da usted a su alma y de qué manera lo manifiesta? Explique
- ¿Cuál es el valor que le da a su cuerpo y de que manera lo manifiesta?
- ¿Qué es más importante para usted, el cuerpo o el alma? Argumente su respuesta?
Hagamos un recorrido por la vida de éste interesante personaje...
Luego de ver loa vídeos, realice en el cuaderno el mapa conceptual y escriba el contenido presente en los cuadros siguientes:
PLATÓN
(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su
maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los
tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica europea.
Fue el británico Alfred North Whitehead quien subrayó su importancia afirmando
que el pensamiento occidental no es más que una serie de comentarios a pie de
página de los diálogos de Platón.
Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del
conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del
heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con
Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces 63
años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus
relaciones familiares, como por vocación, Platón tuvo la intención de
adentrarse en la vida política.
La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita,
junto al hecho de que Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos
aspectos al de su maestro, explican en parte la rotundidad de una afirmación
que puede parecer exagerada.
En cualquier caso, es innegable que la obra de
Platón, radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció
una serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental más
allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los paganos
(el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana, fundamentada en
gran medida por San Agustín sobre la filosofía platónica.
Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón
abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la
filosofía, atraído por Sócrates: fue su discípulo desde los veinte años y se
enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a
muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la
vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar
central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.
Su filosofía es un dualismo que afecta tanto al análisis de
la realidad, ya que existen dos mundos (uno sensible y otro accesible por la
inteligencia, es decir, un mundo tangible y un mundo de las ideas(intangible).
El mismo modelo se aplica a la virtud, que consiste en alejarse de lo sensual y
alcanzar el mundo de las ideas, y su teoría política, que defiende que los
filósofos deben gobernar porque solo ellos han accedido al mundo inteligible y,
por ello, conocen el bien y pueden implantar la justicia en la polis (Polis
es la denominación dada a las ciudades-estado o ciudades independientes de la
antigua Grecia).
LA OBRA PLATÓNICA
La mayor parte de la obra de Platón está escrita en forma de
diálogo. Son diálogos en los que aparece Sócrates como uno de los
interlocutores y en los que se trata de esclarecer algún concepto (el bien, la
justicia, la belleza...). No componen un corpus homogéneo, su filosofía pasa
por diferentes etapas, siempre en constante búsqueda (mediante la palabra) de
la verdad:
"Aquel que conozca qué es el bien obrará bien, porque esto es lo más provechoso para el individuo y
el bien coincide con lo útil"
Teoría del conocimiento
Establece que la opinión sensible
es apariencia ilusoria y falaz y corresponde a los fenómenos, en cambio, la
verdadera realidad es lo que corresponde al conocimiento verdadero, o sea al
conocimiento de las esencias o tipos universales o ideas. Estás corresponden a
su vez al mundo de las ideas, al mundo suprasensible, y aquellas al mundo
sensible, material y terráqueo.
He aquí
el idealismo platónico, que convierte la antítesis entre los fenómenos y las
sustancias (o sea entre los datos de la sensibilidad y exigencias del
intelecto) sobre el cual, desde Tales en adelante giraba toda la metafísica
griega, en dualismo o separación de DOS MUNDOS: Las ideas constituyen el mundo
eterno de la realidad, separado del mundo de las cosas, al cual debemos llegar
si es que es realmente queremos obtener
un verdadero conocimiento.
La teoría de la reminiscencia:
Platón dice que el alma puede
buscar y encontrar las ideas porque las ha contemplado en el mundo de la verdad
eterna antes de entrar en el cuerpo. Este se convierte en una pesada carga para
aquella, es como una cárcel, una prisión. Cuando en el mundo material el alma
aprehende las cosas simplemente lo que hace es recordar o recuperar aquello que
permanecía oculto en el alma. Pero este mito de la contemplación de las ideas
anterior al nacimiento quiere significar, esencialmente que el alma, por su
naturaleza divina e inmortal, tiene una capacidad innata para extraer de su
interioridad, mediante el esfuerzo y la actividad intelectual, el conocimiento
de las ideas eternas, y constituir así la ciencia del ser verdadero.
En síntesis las cosas sensibles son las que despiertan en
nosotros el recuerdo de las ideas, porque son como sombras de ellas, sombras
más allá de las cuelas no sabe ir quién permanece prisionero de la percepción
sensible, enterrado en el cuerpo como en una oscura caverna, pero detrás de las
cuales el filósofo ve la realidad y la luz del mundo ideal.
A la dialéctica, o
ciencia de las ideas, le corresponde distinguir cuáles concuerdan entre ellas y
cuáles se excluyen, cuáles unen y cuáles dividen. Las ideas más importantes
para Platón son cinco: El ser, el reposo, el movimiento, lo idéntico y distinto.
Pero la suprema entre todas es la idea del Bien, Sol del mundo ideal, que
difunde sobre todas las otras su luz y su calor, dando ser y verdad a lo
conocido y capacidad intelectiva al cognoscente.
En los últimos años, Platón, volviendo sentir en medida
creciente la influencia de los pitagóricos, identifica las ideas con los
números. No los números matemáticos (que los pitagóricos consideraban esencia
de las cosas) sino los números ideales,
que trascienden las cosas sensibles.
La creación del mundo:
Dios y la materia. El bien constituye
la naturaleza misma de Dios (al que Platón llamó el Demiurgo), que es creador y
ordenador del mundo, conformado por él a imitación de un modelo eterno. El bien
no puede ser causa del mal: existe entonces una concausa, que se le opone y
resiste, es decir, la materia, fuente de todo defecto, mutabilidad y
multiplicidad. Así la causa física (materia) resiste a la causa final (alma del
mundo e ideas), y por eso las cosas no pueden ser sino copias imperfectas de
las ideas, sombras de su esplendor.
El hombre:
El alma inmortal, sus partes y su destino. El
hombre que es la unión del cuerpo y del alma, tiene su verdadera esencia en
ésta, que es de naturaleza idéntica a la de las ideas (simples, indivisibles,
inmutables e inmortales).
El alma se ha dividido según Platón en tres facultades: El
alma racional (ubicada en la cabeza), el alma pasional (pecho) y el alma
apetitiva (vientre).
La función ética del estado.
El estado debe procurar el
mayor bien de los ciudadanos; pero no un bien material, de comodidades y de
goces, estímulo a la avidez, intemperancia e injusticia, sino más bien y sobre
todo, el bien espiritual. Y por eso se debe mantener en el estado ese mismo
orden jerárquico que es necesaria en el alma individual, a cuya semejanza la
sociedad también se distingue en tres partes o clases, teniendo cada una, una
índole, función o norma ideal o virtud propia.
Las tres clases y las virtudes.
Son las tres clases sociales
en las que se divide el estado: Los filosóficos, cuya virtud es la sabiduría;
Los guerreros, cuya virtud es el coraje; los trabajadores manuales y
comerciantes, cuya virtud es la templanza.
si cada una de estas tres clases cumple con su cometido, y ninguna
invade el campo de las otras, ni altera las relaciones de subordinación, la
justicia reinará. Y en lo que respecta a la educación, esta debe ser sólo para
las dos primeras clases sociales. La crianza y la educación son gobernadas por
el estado.
PLATÓN Y EL MITO DE LA CAVERNA
El mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la
realidad de nuestro conocimiento. Platón crea el mito de la caverna para
mostrar en sentido figurativo que nos encontramos encadenados dentro de una
caverna, desde que nacemos, y cómo las sombras que vemos reflejadas en la pared
componen aquello que consideramos real.
Observemos con atención el siguiente vídeo y después analizaremos su significado
ACTIVIDAD PRÁCTICA
QUÉ TANTO HE APRENDIDO?
NOTA: es importante ser responsable con el desarrollo de esta actividad práctica y escribir correctamente, de tal forma que se pueda leer con facilidad.
Respondo los siguientes interrogantes.
- De acuerdo al texto, que ideas de Platón considera que se mantienen en la actualidad?
- Qué importancia tuvo el pensamiento platónico para la religión cristiana?
- Qué importancia tuvo para Platón los temas políticos?
- ¿Por qué se dice que la filosofía de Platón es dualista? Explique.
- ¿Cuáles son los dos mundos que nos habla Platón? Explique
- Explique de qué manera comparaba Platón el alma humana con los caballos blancos y negros, y que papel cumple el ecuestre.
- ¿Qué es el conocimiento para Platón?
- ¿Cómo se explica la Teoría de la reminiscencia según Platón?
- ¿Qué es el hombre para Platón?
- Explique las tres clases sociales en las que se divide el estado.
ACTVIDAD EN CLASE Y PARA INICIO DEL TERCER PERIODO
- NOTA: esta actividad solo se resuelve en el aula y con orientaciones del docente. De acuerdo al vídeo o lectura del texto sobre el mito de la caverna, señale su importancia y realice un dibujo donde se refleje lo que sería el mito de la caverna hoy. Este dibujo NO puede ser sacado de ninguna página ni fotos de internet, ya que se trata de lo que usted como joven piensa como se puede entender el MITO DE LA CAVERNA HOY (EL DIBUJO DEBE EXPONERSE PARA QUE SEA TENIDA ENCUENTA LA NOTA )
MITO DE LA CAVERNA
Platón: el mito de la caverna
--Ahora, continué, imagínate nuestra naturaleza, por lo que se refiere a la ciencia, y a la
ignorancia, mediante la siguiente escena. Imagina unos hombres en una habitación
subterránea en forma de caverna con una gran abertura del lado de la luz. Se encuentran en
ella desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello, de tal
manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven más que lo que está
delante de ellos. La luz les viene de un fuego encendido a una cierta distancia detrás de
ellos sobre una eminencia del terreno. Entre ese fuego y los prisioneros, hay un camino
elevado, a lo largo del cual debes imaginar un pequeño muro semejante a las barreras que
los ilusionistas levantan entre ellos y los espectadores y por encima de las cuales muestran
sus prodigios.
--Ya lo veo, dijo.
--Piensa ahora que a lo largo de este muro unos hombres llevan objetos de todas clases,
figuras de hombres y de animales de madera o de piedra, v de mil formas distintas, de
manera que aparecen por encima del muro. Y naturalmente entre los hombres que pasan,
unos hablan y otros no dicen nada.
--Es esta una extraña escena y unos extraños prisioneros, dijo.
--Se parecen a nosotros, respondí. Y ante todo, ¿crees que en esta situación verán otra cosa
de sí mismos y de los que están a su lado que unas sombras proyectadas por la luz del fuego
sobre el fondo de la caverna que está frente a ellos.
--No, puesto que se ven forzados a mantener toda su vida la cabeza inmóvil.
--¿Y no ocurre lo mismo con los objetos que pasan por detrás de ellos?
--Sin duda.
--Y si estos hombres pudiesen conversar entre sí, ¿no crees que creerían nombrar a las
cosas en sí nombrando las sombras que ven pasar?
--Necesariamente.
--Y si hubiese un eco que devolviese los sonidos desde el fondo de la prisión, cada vez que
hablase uno de los que pasan, ¿no creerían que oyen hablar a la sombra misma que pasa
ante sus ojos?
--Sí, por Zeus, exclamó.
--En resumen, ¿estos prisioneros no atribuirán realidad más que a estas sombras?
--Es inevitable.
--Supongamos ahora que se les libre de sus cadenas y se les cure de su error; mira lo que
resultaría naturalmente de la nueva situación en que vamos a colocarlos. Liberamos a uno
de estos prisioneros. Le obligamos a levantarse, a volver la cabeza, a andar y a mirar hacia
el lado de la luz: no podrá hacer nada de esto sin sufrir, y el deslumbramiento le impedirá
distinguir los objetos cuyas sombras antes veía. Te pregunto qué podrá responder si alguien
le dice que hasta entonces sólo había contemplado sombras vanas, pero que ahora, más
cerca de la realidad y vuelto hacia objetos más reales, ve con más perfección; y si por
último, mostrándole cada objeto a medida que pasa, se le obligase a fuerza de preguntas a
decir qué es, ¿no crees que se encontrará en un apuro, y que le parecerá más verdadero lo
que veía antes que lo que ahora le muestran?
--Sin duda, dijo.
--Y si se le obliga a mirar la misma luz, ¿no se le dañarían los ojos? ¿No apartará su mirada
de ella para dirigirla a esas sombras que mira sin esfuerzo? ¿No creerá que estas sombras
son realmente más visibles que los objetos que le enseñan?
--Seguramente.
--Y si ahora lo arrancamos de su caverna a viva fuerza y lo llevamos por el sendero áspero
y escarpado hasta la claridad del sol, ¿esta violencia no provocará sus quejas y su cólera? Y
cuando esté ya a pleno sol, deslumbrado por su resplandor, ¿podrá ver alguno de los objetos
que llamamos verdaderos?
--No podrá, al menos los primeros instantes.
--Sus ojos deberán acostumbrarse poco a poco a esta región superior. Lo que más
fácilmente verá al principio serán las sombras, después las imágenes de los hombres y de
los demás objetos reflejadas en las aguas, y por último los objetos mismos. De ahí dirigirá
sus miradas al cielo, y soportará más fácilmente la vista del cielo durante la noche, cuando
contemple la luna y las estrellas, que durante el día el sol y su resplandor.
--Así lo creo.
--Y creo que al fin podrá no sólo ver al sol reflejado en las aguas o en cualquier otra parte,
sino contemplarlo a él mismo en su verdadero asiento.
--Indudablemente.
--Después de esto, poniéndose a pensar, llegará a la conclusión de que el sol produce las
estaciones y los años, lo gobierna todo en el mundo visible y es en cierto modo la causa de
lo que ellos veían en la caverna.
--Es evidente que llegará a esta conclusión siguiendo estos pasos.
--Y al acordarse entonces de su primera habitación y de sus conocimientos allí y de sus
compañeros de cautiverio, ¿no se sentirá feliz por su cambio y no compadecerá a los otros?
Ciertamente.
--Y si en su vida anterior hubiese habido honores, alabanzas, recompensas públicas
establecidas entre ellos para aquel que observase mejor las sombras a su paso, que
recordase mejor en qué orden acostumbran a precederse, a seguirse o a aparecer juntas y
que por ello fuese el más hábil en pronosticar su aparición, ¿crees que el hombre de que
hablamos sentiría nostalgia de estas distinciones, y envidiaría a los más señalados por sus
honores o autoridad entre sus compañeros de cautiverio? ¿.No crees más bien que será
como el héroe de Homero y preferirá mil veces no ser más «que un mozo de labranza al
servicio de un pobre campesino» y sufrir todos los males posibles antes que volver a su
primera ilusión y vivir como vivía?
--No dudo que estaría dispuesto a sufrirlo todo antes que vivir como anteriormente.
--Imagina ahora que este hombre vuelva a la caverna y se siente en su antiguo lugar. ¿No se
le quedarían los ojos como cegados por este paso súbito a la obscuridad?
--Sí, no hay duda.
--Y si, mientras su vista aún está confusa, antes de que sus ojos se hayan acomodado de
nuevo a la obscuridad, tuviese que dar su opinión sobre estas sombras y discutir sobre ellas
con sus compañeros que no han abandonado el cautiverio, ¿no les daría que reír? ¿No dirán
que por haber subido al exterior ha perdido la vista, y no vale la pena intentar la ascensión?
Y si alguien intentase desatarlos y llevarlos allí, ¿no lo matarían, si pudiesen cogerlo y
matarlo?
--Es muy probable.
--Ésta es precisamente, mi querido Glaucón, la imagen de nuestra condición. La caverna
subterránea es el mundo visible. El fuego que la ilumina, es la luz del sol. Este prisionero
que sube a la región superior y contempla sus maravillas, es el alma que se eleva al mundo
inteligible. Esto es lo que yo pienso, ya que quieres conocerlo; sólo Dios sabe si es verdad.
En todo caso, yo creo que en los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien,
que percibimos con dificultad, pero que no podemos contemplar sin concluir que ella es la
causa de todo lo bello y bueno que existe. Que en el mundo visible es ella la que produce la
luz y el astro de la que procede. Que en el mundo inteligible es ella también la que produce
la verdad y la inteligencia. Y por último que es necesario mantener los ojos fijos en esta
idea para conducirse con sabiduría, tanto en la vida privada como en la pública. Yo también
lo veo de esta manera, dijo, hasta el punto de que puedo seguirte. [. . .]
--Por tanto, si todo esto es verdadero, dije yo, hemos de llegar a la conclusión de que la
ciencia no se aprende del modo que algunos pretenden. Afirman que pueden hacerla entrar
en el alma en donde no está, casi lo mismo que si diesen la vista a unos ojos ciegos.
--Así dicen, en efecto, dijo Glaucón.
--Ahora bien, lo que hemos dicho supone al contrario que toda alma posee la facultad de
aprender, un órgano de la ciencia; y que, como unos ojos que no pudiesen volverse hacia la
luz si no girase también el cuerpo entero, el órgano de la inteligencia debe volverse con el
alma entera desde la visión de lo que nace hasta la contemplación de lo que es y lo que hay
más luminoso en el ser; y a esto hemos llamado el bien, ¿no es así?
--Sí.
--Todo el arte, continué, consiste pues en buscar la manera más fácil y eficaz con que el
alma pueda realizar la conversión que debe hacer. No se trata de darle la facultad de ver, ya
la tiene. Pero su órgano no está dirigido en la buena dirección, no mira hacia donde debiera:
esto es lo que se debe corregir.
-Así parece, dijo Glaucón.
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República Vll; 514a_517c y 518b_d. (R. Verneaux, Textos de los grandes filósofos. Edad
antigua, Herder, Barcelona 1982, p. 26-30).