domingo, 31 de mayo de 2020

PLATÓN Y EL MUNDO DE LAS IDEAS


FILOSOFÍA GRADO 10°: "PLATÓN Y EL MUNDO DE LAS IDEAS"

Apreciados estudiantes.


Comenzamos con un nuevo tema, no sin antes decirles que el pensamiento de los filósofos griegos es un tema tan amplio que abarcarlo en pocas clases es muy complejo, solo se alcanza a tener algunas ideas sobre los aportes al pensamiento y su influencia para la reflexión actual.

En este tema nuevo nos encontramos con Platón, quien fuera uno de los grandes discípulos de Sócrates y quien lo dio a conocer a través de sus famosos diálogos platónicos. Él profundizó, como su maestro, en los problemas del ser humano y la constitución esencial del mundo.

FASE DE EXPLORACIÓN

Antes de comenzar con el tema, conviene resolver el siguiente interrogante:

  • ¿Qué consideras que es el alma? Argumente tu respuesta.

  • ¿Créss qué el concepto de alma es lo mismo que el concepto de espíritu? Argumente tu respuesta.
  •  ¿Qué consideras que pasa cuando una persona fallece, desaparecerá por completo o su alma sigue perdurando?
  • ¿Qué cosideras que es más importante dentro del ser humano, el cuerpo o el alma? Explica tu respuesta.
  • ¿De dónde provendrá el conocimiento, del cuerpo o del alma? Explica tu respuesta.

Hagamos un recorrido por la vida de éste interesante personaje...
















PLATÓN

(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica europea. Fue el británico Alfred North Whitehead quien subrayó su importancia afirmando que el pensamiento occidental no es más que una serie de comentarios a pie de página de los diálogos de Platón.
Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares, como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política.
La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita, junto al hecho de que Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos aspectos al de su maestro, explican en parte la rotundidad de una afirmación que puede parecer exagerada. 

En cualquier caso, es innegable que la obra de Platón, radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín sobre la filosofía platónica.


Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates: fue su discípulo desde los veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.

Su filosofía es un dualismo que afecta tanto al análisis de la realidad, ya que existen dos mundos (uno sensible y otro accesible por la inteligencia, es decir, un mundo tangible y un mundo de las ideas(intangible). El mismo modelo se aplica a la virtud, que consiste en alejarse de lo sensual y alcanzar el mundo de las ideas, y su teoría política, que defiende que los filósofos deben gobernar porque solo ellos han accedido al mundo inteligible y, por ello, conocen el bien y pueden implantar la justicia en la polis (Polis ​​​ es la denominación dada a las ciudades-estado o ciudades independientes de la antigua Grecia).



LA OBRA PLATÓNICA

La mayor parte de la obra de Platón está escrita en forma de diálogo. Son diálogos en los que aparece Sócrates como uno de los interlocutores y en los que se trata de esclarecer algún concepto (el bien, la justicia, la belleza...). No componen un corpus homogéneo, su filosofía pasa por diferentes etapas, siempre en constante búsqueda (mediante la palabra) de la verdad:
  

El periodo de juventud (393 - 388 a.c).

A esta época pertenecen los diálogos socráticos: Apología de Sócrates, Critón, Laques, Lisis, Eutifrón, Ion, Protágoras, Trasímaco.

La etapa de transición ( 388 - 385 a.c)

Se corresponde con el primer viaje a Sicilia (388 - 387 a,c). Se aborda el tema de la política, la inmortalidad del alma y esboza la teoría de las ideas. Pertenecen a esta época los diálogos: Georgias, Menón, Eutidemo, Hipias Menor, Crátilo, Hipias Mayor, Menéxeno.

Diálogos de madurez  ( 385 - 370 a.c)

A esta etapa pertenece Banquete, Fedón, República y Fedro. En ellos se exponen los grandes temas de su filosofía: la teoría de las ideas, la inmortalidad del alma, el amor ideal y la ciudad perfecta.

Diálogos de la vejez (369 - 347 a.c)

Los últimos diálogos de Platón son: Timeo, Teeteto, Parménides, el sofista, Filebo, El político, Las leyes, Epínomis, Critias, Las cartas.

"Aquel que conozca qué es el bien obrará bien,  porque esto es lo más provechoso para el individuo y 
el bien coincide con lo útil"

Teoría del conocimiento

Establece que la opinión sensible es apariencia ilusoria y falaz y corresponde a los fenómenos, en cambio, la verdadera realidad es lo que corresponde al conocimiento verdadero, o sea al conocimiento de las esencias o tipos universales o ideas. Estás corresponden a su vez al mundo de las ideas, al mundo suprasensible, y aquellas al mundo sensible, material y terráqueo.  

He aquí el idealismo platónico, que convierte la antítesis entre los fenómenos y las sustancias (o sea entre los datos de la sensibilidad y exigencias del intelecto) sobre el cual, desde Tales en adelante giraba toda la metafísica griega, en dualismo o separación de DOS MUNDOS: Las ideas constituyen el mundo eterno de la realidad, separado del mundo de las cosas, al cual debemos llegar si es que es realmente  queremos obtener un verdadero conocimiento.

La teoría de la reminiscencia: 

Platón dice que el alma puede buscar y encontrar las ideas porque las ha contemplado en el mundo de la verdad eterna antes de entrar en el cuerpo. Este se convierte en una pesada carga para aquella, es como una cárcel, una prisión. Cuando en el mundo material el alma aprehende las cosas simplemente lo que hace es recordar o recuperar aquello que permanecía oculto en el alma. Pero este mito de la contemplación de las ideas anterior al nacimiento quiere significar, esencialmente que el alma, por su naturaleza divina e inmortal, tiene una capacidad innata para extraer de su interioridad, mediante el esfuerzo y la actividad intelectual, el conocimiento de las ideas eternas, y constituir así la ciencia del ser verdadero.

En síntesis las cosas sensibles son las que despiertan en nosotros el recuerdo de las ideas, porque son como sombras de ellas, sombras más allá de las cuelas no sabe ir quién permanece prisionero de la percepción sensible, enterrado en el cuerpo como en una oscura caverna, pero detrás de las cuales el filósofo ve la realidad y la luz del mundo ideal.

 A la dialéctica, o ciencia de las ideas, le corresponde distinguir cuáles concuerdan entre ellas y cuáles se excluyen, cuáles unen y cuáles dividen. Las ideas más importantes para Platón son cinco: El ser, el reposo, el movimiento, lo idéntico y distinto. Pero la suprema entre todas es la idea del Bien, Sol del mundo ideal, que difunde sobre todas las otras su luz y su calor, dando ser y verdad a lo conocido y capacidad intelectiva al cognoscente.

En los últimos años, Platón, volviendo sentir en medida creciente la influencia de los pitagóricos, identifica las ideas con los números. No los números matemáticos (que los pitagóricos consideraban esencia de  las cosas) sino los números ideales, que trascienden las cosas sensibles.

La creación del mundo: 

Dios y la materia. El bien constituye la naturaleza misma de Dios (al que Platón llamó el Demiurgo), que es creador y ordenador del mundo, conformado por él a imitación de un modelo eterno. El bien no puede ser causa del mal: existe entonces una concausa, que se le opone y resiste, es decir, la materia, fuente de todo defecto, mutabilidad y multiplicidad. Así la causa física (materia) resiste a la causa final (alma del mundo e ideas), y por eso las cosas no pueden ser sino copias imperfectas de las ideas, sombras de su esplendor.

El hombre: 

El alma inmortal, sus partes y su destino. El hombre que es la unión del cuerpo y del alma, tiene su verdadera esencia en ésta, que es de naturaleza idéntica a la de las ideas (simples, indivisibles, inmutables e inmortales).
El alma se ha dividido según Platón en tres facultades: El alma racional (ubicada en la cabeza), el alma pasional (pecho) y el alma apetitiva (vientre).

La función ética del estado. 

El estado debe procurar el mayor bien de los ciudadanos; pero no un bien material, de comodidades y de goces, estímulo a la avidez, intemperancia e injusticia, sino más bien y sobre todo, el bien espiritual. Y por eso se debe mantener en el estado ese mismo orden jerárquico que es necesaria en el alma individual, a cuya semejanza la sociedad también se distingue en tres partes o clases, teniendo cada una, una índole, función o norma ideal o virtud propia.

Las tres clases y las virtudes. 

Son las tres clases sociales en las que se divide el estado: Los filosóficos, cuya virtud es la sabiduría; Los guerreros, cuya virtud es el coraje; los trabajadores manuales y comerciantes, cuya virtud es la templanza.  si cada una de estas tres clases cumple con su cometido, y ninguna invade el campo de las otras, ni altera las relaciones de subordinación, la justicia reinará. Y en lo que respecta a la educación, esta debe ser sólo para las dos primeras clases sociales. La crianza y la educación son gobernadas por el estado.


PLATÓN Y EL MITO DE LA CAVERNA

El mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la realidad de nuestro conocimiento. Platón crea el mito de la caverna para mostrar en sentido figurativo que nos encontramos encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos, y cómo las sombras que vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real.

Observemos con atención el siguiente vídeo y después analizaremos su significado



ACTIVIDAD PRÁCTICA

QUÉ TANTO HE APRENDIDO?

NOTA: Antes de comenzar a resolver los siguientes interrogantes, NO OLVIDE que el trabajo tendrá el mismo valor que tendrá la nota de sustentación, debido a que muchos de los estudiantes presentan trabajos muy buenos, pero no saben nada de lo realizado. Para saber si fue realmente estudiado, se hará sustentación oral. Las preguntas saldrán del mismo cuestionario

Respondo los siguientes interrogantes.
  1. De acuerdo al texto, que ideas de Platón considera que se mantienen en la actualidad?
  2. Qué importancia tuvo el pensamiento platónico para la religión cristiana?
  3. Qué importancia tuvo para Platón los temas políticos?
  4. ¿Por qué se dice que la filosofía de Platón es dualista? Explique.
  5. ¿Cuáles son los dos mundos que nos habla Platón? Explique
  6. Explique de qué manera comparaba Platón el alma humana con los caballos blancos y negros, y que papel cumple el ecuestre.
  7. ¿Qué es el conocimiento para Platón?
  8. ¿Cómo se explica la Teoría de la reminiscencia según Platón?
  9. ¿Qué es el hombre para Platón?
  10. Explique las tres clases sociales en las que se divide el estado.
  11. De acuerdo al vídeo o lectura del texto sobre el mito de la caverna, señale su importancia y realice un dibujo donde se refleje lo que sería el mito de la caverna hoy. Este dibujo NO puede ser sacado de ninguna página ni fotos de internet, ya que se trata de lo que usted como joven piensa como se puede entender el MITO DE LA CAVERNA HOY                                                                                                                               (EL DIBUJO DEBE EXPONERSE PARA QUE SEA TENIDA ENCUENTA LA NOTA )





ANEXO DEL TEXTO
                              
                                   MITO DE LA CAVERNA

                                Platón: el mito de la caverna 

--Ahora, continué, imagínate nuestra naturaleza, por lo que se refiere a la ciencia, y a la ignorancia, mediante la siguiente escena. Imagina unos hombres en una habitación subterránea en forma de caverna con una gran abertura del lado de la luz. Se encuentran en ella desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello, de tal manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven más que lo que está delante de ellos. La luz les viene de un fuego encendido a una cierta distancia detrás de ellos sobre una eminencia del terreno. Entre ese fuego y los prisioneros, hay un camino elevado, a lo largo del cual debes imaginar un pequeño muro semejante a las barreras que los ilusionistas levantan entre ellos y los espectadores y por encima de las cuales muestran sus prodigios. 

--Ya lo veo, dijo. 

--Piensa ahora que a lo largo de este muro unos hombres llevan objetos de todas clases, figuras de hombres y de animales de madera o de piedra, v de mil formas distintas, de manera que aparecen por encima del muro. Y naturalmente entre los hombres que pasan, unos hablan y otros no dicen nada. 

--Es esta una extraña escena y unos extraños prisioneros, dijo. 

--Se parecen a nosotros, respondí. Y ante todo, ¿crees que en esta situación verán otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado que unas sombras proyectadas por la luz del fuego sobre el fondo de la caverna que está frente a ellos.
 
--No, puesto que se ven forzados a mantener toda su vida la cabeza inmóvil. 

--¿Y no ocurre lo mismo con los objetos que pasan por detrás de ellos? 

--Sin duda. 

--Y si estos hombres pudiesen conversar entre sí, ¿no crees que creerían nombrar a las cosas en sí nombrando las sombras que ven pasar? 

--Necesariamente. 

--Y si hubiese un eco que devolviese los sonidos desde el fondo de la prisión, cada vez que hablase uno de los que pasan, ¿no creerían que oyen hablar a la sombra misma que pasa ante sus ojos? 

--Sí, por Zeus, exclamó. 

--En resumen, ¿estos prisioneros no atribuirán realidad más que a estas sombras? 

--Es inevitable.
 
--Supongamos ahora que se les libre de sus cadenas y se les cure de su error; mira lo que resultaría naturalmente de la nueva situación en que vamos a colocarlos. Liberamos a uno de estos prisioneros. Le obligamos a levantarse, a volver la cabeza, a andar y a mirar hacia el lado de la luz: no podrá hacer nada de esto sin sufrir, y el deslumbramiento le impedirá distinguir los objetos cuyas sombras antes veía. Te pregunto qué podrá responder si alguien le dice que hasta entonces sólo había contemplado sombras vanas, pero que ahora, más cerca de la realidad y vuelto hacia objetos más reales, ve con más perfección; y si por último, mostrándole cada objeto a medida que pasa, se le obligase a fuerza de preguntas a decir qué es, ¿no crees que se encontrará en un apuro, y que le parecerá más verdadero lo que veía antes que lo que ahora le muestran? 

--Sin duda, dijo. 

--Y si se le obliga a mirar la misma luz, ¿no se le dañarían los ojos? ¿No apartará su mirada de ella para dirigirla a esas sombras que mira sin esfuerzo? ¿No creerá que estas sombras son realmente más visibles que los objetos que le enseñan? 

--Seguramente. 

--Y si ahora lo arrancamos de su caverna a viva fuerza y lo llevamos por el sendero áspero y escarpado hasta la claridad del sol, ¿esta violencia no provocará sus quejas y su cólera? Y cuando esté ya a pleno sol, deslumbrado por su resplandor, ¿podrá ver alguno de los objetos que llamamos verdaderos? 

--No podrá, al menos los primeros instantes. 

--Sus ojos deberán acostumbrarse poco a poco a esta región superior. Lo que más fácilmente verá al principio serán las sombras, después las imágenes de los hombres y de los demás objetos reflejadas en las aguas, y por último los objetos mismos. De ahí dirigirá sus miradas al cielo, y soportará más fácilmente la vista del cielo durante la noche, cuando contemple la luna y las estrellas, que durante el día el sol y su resplandor. 

--Así lo creo. 

--Y creo que al fin podrá no sólo ver al sol reflejado en las aguas o en cualquier otra parte, sino contemplarlo a él mismo en su verdadero asiento.
 
--Indudablemente.
 
--Después de esto, poniéndose a pensar, llegará a la conclusión de que el sol produce las estaciones y los años, lo gobierna todo en el mundo visible y es en cierto modo la causa de lo que ellos veían en la caverna. 

--Es evidente que llegará a esta conclusión siguiendo estos pasos. 

--Y al acordarse entonces de su primera habitación y de sus conocimientos allí y de sus compañeros de cautiverio, ¿no se sentirá feliz por su cambio y no compadecerá a los otros? Ciertamente. 

--Y si en su vida anterior hubiese habido honores, alabanzas, recompensas públicas establecidas entre ellos para aquel que observase mejor las sombras a su paso, que recordase mejor en qué orden acostumbran a precederse, a seguirse o a aparecer juntas y que por ello fuese el más hábil en pronosticar su aparición, ¿crees que el hombre de que hablamos sentiría nostalgia de estas distinciones, y envidiaría a los más señalados por sus honores o autoridad entre sus compañeros de cautiverio? ¿.No crees más bien que será como el héroe de Homero y preferirá mil veces no ser más «que un mozo de labranza al servicio de un pobre campesino» y sufrir todos los males posibles antes que volver a su primera ilusión y vivir como vivía? 

--No dudo que estaría dispuesto a sufrirlo todo antes que vivir como anteriormente. 

--Imagina ahora que este hombre vuelva a la caverna y se siente en su antiguo lugar. ¿No se le quedarían los ojos como cegados por este paso súbito a la obscuridad? 

--Sí, no hay duda. 

--Y si, mientras su vista aún está confusa, antes de que sus ojos se hayan acomodado de nuevo a la obscuridad, tuviese que dar su opinión sobre estas sombras y discutir sobre ellas con sus compañeros que no han abandonado el cautiverio, ¿no les daría que reír? ¿No dirán que por haber subido al exterior ha perdido la vista, y no vale la pena intentar la ascensión? Y si alguien intentase desatarlos y llevarlos allí, ¿no lo matarían, si pudiesen cogerlo y matarlo? 

--Es muy probable. 

--Ésta es precisamente, mi querido Glaucón, la imagen de nuestra condición. La caverna subterránea es el mundo visible. El fuego que la ilumina, es la luz del sol. Este prisionero que sube a la región superior y contempla sus maravillas, es el alma que se eleva al mundo inteligible. Esto es lo que yo pienso, ya que quieres conocerlo; sólo Dios sabe si es verdad. En todo caso, yo creo que en los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que percibimos con dificultad, pero que no podemos contemplar sin concluir que ella es la causa de todo lo bello y bueno que existe. Que en el mundo visible es ella la que produce la luz y el astro de la que procede. Que en el mundo inteligible es ella también la que produce la verdad y la inteligencia. Y por último que es necesario mantener los ojos fijos en esta idea para conducirse con sabiduría, tanto en la vida privada como en la pública. Yo también lo veo de esta manera, dijo, hasta el punto de que puedo seguirte. [. . .] 

--Por tanto, si todo esto es verdadero, dije yo, hemos de llegar a la conclusión de que la ciencia no se aprende del modo que algunos pretenden. Afirman que pueden hacerla entrar en el alma en donde no está, casi lo mismo que si diesen la vista a unos ojos ciegos. 

--Así dicen, en efecto, dijo Glaucón.
 
--Ahora bien, lo que hemos dicho supone al contrario que toda alma posee la facultad de aprender, un órgano de la ciencia; y que, como unos ojos que no pudiesen volverse hacia la luz si no girase también el cuerpo entero, el órgano de la inteligencia debe volverse con el alma entera desde la visión de lo que nace hasta la contemplación de lo que es y lo que hay más luminoso en el ser; y a esto hemos llamado el bien, ¿no es así?

--Sí. 

--Todo el arte, continué, consiste pues en buscar la manera más fácil y eficaz con que el alma pueda realizar la conversión que debe hacer. No se trata de darle la facultad de ver, ya la tiene. Pero su órgano no está dirigido en la buena dirección, no mira hacia donde debiera: esto es lo que se debe corregir. 

-Así parece, dijo Glaucón. _______________________________________-___________ República Vll; 514a_517c y 518b_d. (R. Verneaux, Textos de los grandes filósofos. Edad antigua, Herder, Barcelona 1982, p. 26-30).







domingo, 10 de mayo de 2020

FILOSOFÍA 10° : "APRENDIENDO DE LOS SOCRÁTICOS"







FILOSOFÍA 10°: "APRENDIENDO DE LOS SOCRÁTICOS"

Viñeta viernes 17/04/15 - El sacapuntas


Queridos estudiantes:

Luego de haber reflexionado un poco de nuestro acontecimiento actual y de buscar respuestas sencillas a nuestra existencia, los invito a que conozcamos un poco sobre la manera como algunos filósofos griegos se preguntaron por el ser humano y su sentido de vivir.

Pero... ¿Será verdad que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma? ¿Qué sentido tiene el comportarnos bien si de todas maneras vamos a morir? ¿y de dónde diablos salieron con la idea de lo bueno y lo malo? ¿ y eso quién lo inventó y para qué?





       FASE DE EXPLORACIÓN

 

Para esta fase conviene que escribamos en el cuaderno las siguientes preguntas seguidas con sus respectivas respuestas.

 1.  ¿Qué consideras que es el ser humano? Escribe en el cuaderno sus respuestas.

 2. ¿ Cuáles son los principales interrogantes que has tenido en tu vida y cómo has buscado aclarar tus dudas?. Argumenta tus respuestas.

 3. ¿Qué diferencia encuentras entre el actuar del hombre y el animal?

 4. ¿Qué concepto tienes tu acerca del alma? Escribe las respuestas.

 5. ¿Tú crees que es posible llegar a una verdad absoluta? Argumenta tus respuestas.


NO OLVIDES: DE LA RESPONSABILIDAD EN EL DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES DEPENDE SI ADQUIERE O NO CONOCIMIENTO.

 



OBSERVAMOS LOS SIGUIENTE VÍDEO







Consultamos el siguiente vocabulario: cicuta, polis, sociedad, democracia, hilemorfismo, sabiduría, logos, política. escepticismo, relativismo.

Luego de observar el vídeo, profundizamos su contenido con la siguiente lectura presentes en estos cuadros y los consignamos en el cuaderno. 





DESARROLLO DEL TEMA

I.  SOCRATES (469 – 399)

(Atenas, 470 a.C. - 399 a.C) Filósofo griego. Pese a que no dejó ninguna obra escrita y son escasas las ideas que pueden atribuírsele con seguridad, Sócrates es una figura capital del pensamiento antiguo, hasta el punto de ser llamados presocráticos los filósofos anteriores a él.

Rompiendo con las orientaciones predominantes anteriores, su reflexión se centró en el ser humano, particularmente en la ética, y sus ideas pasaron a los dos grandes pilares sobre los que se asienta la historia de la filosofía occidental: Platón, que fue discípulo directo suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de Platón.

Sócrates fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.


 La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, Las nubes (423), donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso.

Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa.

Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez. En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado.


La mayéutica

Al parecer, y durante buena parte de su vida, Sócrates se habría dedicado a deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las gentes del común (mercaderes, campesinos o artesanos) como interlocutores para sostener largas conversaciones, con frecuencia parecidas a largos interrogatorios. Este comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la mayéutica.

Con el siguiente vídeo podemos comprender mejor el concepto de la mayéutica.



El propio Sócrates comparaba tal método con el oficio de comadrona que ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.

En sus conversaciones filosóficas, al menos tal y como quedaron reflejadas en los Diálogos de Platón, Sócrates sigue, en efecto, una serie de pautas precisas que configuran el llamado diálogo socrático. A menudo comienza la conversación alabando la sabiduría de su interlocutor y presentándose a sí mismo como un ignorante: tal fingimiento es la llamada ironía socrática, que preside la primera mitad del diálogo. En ella, Sócrates proponía una cuestión (por ejemplo, ¿qué es la virtud?) y alababa la respuesta del interlocutor, pero luego oponía con sucesivas preguntas o contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas, sumiendo en la confusión a su interlocutor, que acababa reconociendo que no sabía nada sobre la cuestión.


Tal logro era un punto esencial: no puede enseñarse algo a quien ya cree saberlo. El primer paso para llegar a la sabiduría es saber que no se sabe nada, o, dicho de otro modo, tomar conciencia de nuestro desconocimiento. Una vez admitida la propia ignorancia, comenzaba la mayéutica propiamente dicha: por medio del diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates iba conduciendo a sus interlocutores al descubrimiento (o alumbramiento) de una respuesta precisa a la cuestión planteada, de modo tan sutil que la verdad parecía surgir de su mismo interior, como un descubrimiento propio.

La filosofía de Sócrates

La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de las enseñanzas de Sócrates, con lo que imprimió un giro fundamental en la historia de la filosofía griega, al prescindir de las preocupaciones cosmológicas de sus predecesores. Como se ha visto, el primer paso para alcanzar el conocimiento consistía en la aceptación de la propia ignorancia, y en el terreno de sus reflexiones éticas, el conocimiento juega un papel fundamental.
Sócrates piensa que el hombre no puede hacer el bien si no lo conoce, es decir, si no posee el concepto del mismo y los criterios que permiten discernirlo.

El ser humano aspira a la felicidad, y hacia ello encamina sus acciones. Sólo una conducta virtuosa, por otra parte, proporciona la felicidad. Y de entre todas las virtudes, la más importante es la sabiduría, que incluye a las restantes.

El que posee la sabiduría posee todas las virtudes porque, según Sócrates, nadie obra mal a sabiendas: si, por ejemplo, alguien engaña al prójimo es porque, en su ignorancia, no se da cuenta de que el engaño es un mal. El sabio conoce que la honestidad es un bien, porque los beneficios que le reporta (confianza, reputación, estima, honorabilidad) son muy superiores a los que puede reportarle el engaño (riquezas, poder, un matrimonio conveniente).

El ignorante no se da cuenta de ello: si lo supiese, cultivaría la honestidad y no el engaño. En consecuencia, el hombre sabio es necesariamente virtuoso (pues conocer el bien y practicarlo es, para Sócrates, una misma cosa), y el hombre ignorante es necesariamente vicioso. De esta concepción es preciso destacar que la virtud no es algo innato que surge espontáneamente en ciertos hombres, mientras que otros carecen de ella. Todo lo contrario: puesto que la sabiduría contiene las demás virtudes, la virtud puede aprenderse; mediante el entendimiento podemos alcanzar la sabiduría, y con ella la virtud.

Sin embargo, en los Diálogos de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte de lo expuesto que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía de su discípulo. Sócrates no dejó doctrina escrita, ni tampoco se ausentó de Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de no pocos filósofos de la época, y en especial de los sofistas. Si, como parece, las ideas éticas antes expuestas son del propio Sócrates, su filosofía se sitúa en la antípodas del escepticismo y del relativismo moral de los sofistas, pese a lo cual, y a causa de su pericia dialéctica, fue considerado en su tiempo como uno de ellos, tal y como refleja la citada comedia de Aristofánes.


Con su conducta, Sócrates se granjeó enemigos que, en el contexto de inestabilidad en que se hallaba Atenas tras las guerras del Peloponeso, acabaron por considerar que su amistad era peligrosa para aristócratas como sus discípulos Alcibíades o Critias; oficialmente acusado de impiedad y de corromper a la juventud, fue condenado a beber cicuta después de que, en su defensa, hubiera demostrado la inconsistencia de los cargos que se le imputaban.

Según relata Platón en la Apología que dejó de su maestro, Sócrates pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir, pues como ciudadano se sentía obligado a cumplir la ley de la ciudad, aunque en algún caso, como el suyo, fuera injusta; peor habría sido la ausencia de ley.

Escuelas Socráticas

En el 399, a la muerte de Sócrates sus discípulos se dispersar y algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas representa el genuino pensamiento de Sócrates sino que desarrollan con autonomía algunos de los temas cuyo tratamiento iniciara el maestro a lo que agregarían numerosos elementos tomados de los sofistas e incluso de los filósofos presocráticos.

 La Academia – Platón

Se desarrollan en La Academia, los aspectos científicos y psicológicos de la doctrina socrática. Platón elabora su propia doctrina de las Ideas a partir de la búsqueda socrática de la definición y el concepto. E inspirándose también en Pitágoras profundizará el tema del alma.

·Escuela Margárica: 

(Euclides de Megara) 452 – 380 a.c.
Continúa las doctrinas de Parménides y Zenón de Elea, con algunas modificaciones que fueron sugeridas a Euclides tras el contacto con Sócrates.

Euclides identifica el Ser con el Bien y con Dios (es posible que Sócrates haya defendido alguna suerte de monoteísmo) y considera que todas las virtudes se reducen a una sola, pero designada con distintos nombres (doctrina que también se remonta a Sócrates).
Estilpón, uno de los continuadores de Sócrates, atacó la doctrina platónica de las Ideas, afirmando que sólo existe lo singular actual y negando la existencia de los géneros y las especies universales. Su ética influirá en la aparición del estoicismo, puesto que aparentemente Zenón de Citio fue discípulo suyo.

·Escuela de Elis y Eretría: 

Fue iniciada por Fedón, esclavo que alcanzó la libertad gracias a Sócrates. Se considera la Filosofía el camino hacia la verdadera libertad y la salud del alma.

·Escuela Cínica: 

Nada hay valioso en el mundo fuera de la virtud, ella Solo se basta. “Antes loco que ceder al placer” (Antístenes).
Lo anterior conduce también a un desprecio general de cultura, del pudor y de las costumbres, de la ciencia, de la religión, de los lazos civiles y nacionales. De ahí que el actual concepto de “cínico” significa que es desaprehensivo e insensible a las conveniencias sociales hasta la grosería. 
El ideal del cínico está constituido por una vida capaz de bastarse a sí misma, ruda y libre de necesidades,  que repudia todo artificio y convención social para volver a la naturaleza. Entre sus principales exponentes está DIOGENES DE SINOPE.

Diógenes de Sinope fue el más claro exponente de la actitud de los cínicos: atacó los convencionalismos sociales, buscó lo natural en la vida de los animales, los pueblos bárbaros y fue absolutamente independiente.   La escuela cínica, con diversas idas y venidas que la llevaron en algún momento a confundirse con el estoicismo, perduró hasta la caída del Imperio Romano.


La principal característica de este filósofo, nacido en Sínope y famoso en Atenas, fue su enorme desprendimiento. Amaba la libertad por encima de todo y no temía decir la verdad a los poderosos. Se decía de él que vivía en un tonel y muchos lo confundían con un mendigo.

Estas son algunas de las más conocidas frases de Diógenes, el cínico.

  • El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe.
  • El único bien es el conocimiento, y el único mal la ignorancia.
  • Cuando estoy entre locos, me hago el loco.
  • ¿De qué sirve un filósofo que no hiere los sentimientos de nadie?
  • Si tú aprendieras a comer lentejas no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.
  • “Callando es como se aprende a oír, escuchando es como se aprende a hablar; después, hablando, se aprende a callar”.
  • La envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros.


En dirección diametralmente opuesta se encuentra la:

·Escuela Cirenaica: 

(Aristípo de Cirene): Impera el hedonismo (búsqueda del placer) . El valor hay que buscarlo exclusivamente en el placer y concretamente el que se percibe en la impresión sensible, no en las ideas y conceptos.

Aristipo, discípulo de Protágoras y luego de Sócrates es el más claro representante de la moral del hedonismo. No hay más fuente de conocimiento que la sensación y ésta solo posee un valor subjetivo (relativismo de Protágoras).
La sensación es pues, la única guía del hombre. El fin de toda moral es el de buscar sensaciones agradables, actuales y principalmente corporales. La razón, sin embargo (y aquí se observa el sello de Sócrates) debe dirigir al hombre en la elección de tales placeres.

Por su rechazo a todo tipo de convencionalismo social, la escuela de Cirene está bastante cerca de la escuela cínica.



Respondo los siguientes interrogantes.

1. Seleccione 10 palabras desconocidas del texto y escriba su significado.
2. En pocas palabras, señale los aspectos más destacados de la vida de Sócrates, según el vídeo visto.

3. ¿En qué consiste el método socrático? De un ejemplo.

4. ¿Qué es la Mayéutica y qué importancia posee para el conocimiento?

5. ¿Establezca la diferencia entre la mayéutica y la ironía socrática?

6. ¿Cuál es el primer paso para  llegar al conocimiento, según Sócrates?

7. Según Sócrates, que ventajas posee la virtud y cómo el ser humano puede llegar a ella?

8. ¿Qué concepto le deja a usted, la forma de vivir de Diógenes y que le podría aportar para su vida personal?

9. ¿Cuáles son los principales principios de la escuela Cínica?

10. Selecciono DOS de las frases citadas de Diógenes y señalo el por qué la elegí.